Historia

​Dicen que el amor llega cuando menos lo esperas, ¡y para nosotras llegó con un swipe a la derecha!

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Flavia: Confieso que lo primero que me llamó la atención de Camila fueron sus piernas en esa única foto (¡aunque fuera lejana!). Su perfil también me dio buena vibra, así que no dudé en darle un "me gusta".

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Camila: A mí lo que me conquistó fueron las tiernas fotos de Flavia con su gatita. Su perfil tenía un humor que conectó conmigo al instante. ¡Quién diría que detrás de esa ternura felina se escondía el amor de mi vida!

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Desde el primer mensaje, la conversación entre nosotras fluyó de una manera asombrosa. No hubo silencios incómodos ni charlas superficiales. Nos sumergimos en temas profundos, nos reímos a carcajadas y descubrimos una conexión que iba mucho más allá de un simple "hola". ¡Tanto así que tardamos meses en saber nuestros colores favoritos! Sentíamos que ya nos conocíamos en otra vida.

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Nuestra primera cita fue en casa de Flavia, que por entonces aún estaba en proceso de "decoración minimalista" (léase: casi vacía). Comimos sushi delicioso y Camila demostró su talento como bartender preparando unos cocteles de whisky espectaculares. Después de días de chatear sin parar desde el amanecer hasta la noche, las palabras dieron paso a los hechos... ¡y nos dedicamos a besarnos sin parar durante cuatro inolvidables horas! La conexión que sentimos online se multiplicó en persona.

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Para nosotras, la primera cita no fue solo un encuentro, sino el inicio de algo serio y exclusivo. La conexión fue tan fuerte que a los dos meses ya no había dudas: nos habíamos enamorado.

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Nuestra historia de amor también es una historia de rescates peludos. Juntas hemos dado un hogar a cuatro perros y dos gatos. ¡Incluso Camila, que antes se consideraba una persona de perros, ahora es una orgullosa madre gatuna gracias a la persuasión de Flavia (y el encanto irresistible de nuestros mininos)! Un momento divertido que siempre recordamos es cuando Camila le declaró su amor eterno a nuestro gato Juanffle... ¡antes que a Flavia! 

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Siempre soñamos con una propuesta sencilla y privada, lejos de los grandes escenarios. Y así fue. Una mañana tranquila en casa, Flavia despertó a Camila con un café y la pregunta más importante de su vida: "¿Te quieres casar conmigo?". Las lágrimas de emoción y un beso sellaron nuestro "sí". Fue un momento íntimo y perfecto, tal como lo habíamos imaginado.

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En nuestra relación, nos esforzamos cada día por hacernos sentir amadas, comprendidas, respetadas, y acompañadas. Nos protegemos mutuamente y encontramos en la otra un refugio seguro.

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Más allá de la boda, imaginamos un futuro criando a nuestros hijos con mucho amor y construyendo un hogar lleno de risas y complicidad. Y cuando llegue el momento de jubilarnos, nos vemos rodeadas de naturaleza y muchos animales en el campo, disfrutando de la tranquilidad y de nuestra gran familia multiespecie.